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Peraltilla, como otros pueblos del somontano ha tenido hasta no hace muchos años y en parte sigue teniendo una fisonomía urbana característica de la zona en donde está enclavado. Hasta la introducción los modernos materiales de construcción como el cemento, el ladrillo y los bloques de hormigón, hace unas pocas décadas, los materiales utilizados en la comarca desde siglos habían sido el sillar de arenisca, el mampuesto de sillarejo o de piedra, tapial, adobas, cañas (cañizos), barro, yeso y tejas. Las fachadas tenían un color terroso característico de la zona debido a los materiales tradicionales que se utilizaban en la construcción: piedra y barro.

Quedan algunas casas que por su aspecto exterior reproducen fielmente los patrones constructivos de siglos pasados, basados fundamentalmente en sillares de piedra arenisca y tapial. Todavía quedan algunas portadas con arcos de dovelas de piedra. Muchas más casas tuvieron esta portada de arco de medio punto pero desgraciadamente se han ido perdiendo a medida que se han ido haciendo reformas y arreglos de fachadas. Casa Melchorico tuvo hasta septiembre de 2.001 un magnífico arco fechado en 1.732.

Casa Ciria es la casa más representativa de Peraltilla. Conserva el aspecto exterior del momento que se construyó con los arcos superiores de ladrillo de estilo aragonés y su magnífica fachada es un modelo en cuanto a conservación. El zócalo de sillares permanece cubierto por una capa de cemento, así como el arco de la entrada, sin embargo el resto de la fachada, incluido el alero se conserva intacto.

Se conservan todavía en Peraltilla dos escudos de armas, uno el escudo de los Lasierra y el otro en casa Ciria, ambos en buen estado de conservación. Por cierto que el escudo de los Lasierra antes de estar donde actualmente se encuentra (casa Agón) estuvo en casa Sierreta (frente a la iglesia)

Casa Budiós. Un arco con 9 dovelas en un estupendo estado de conservación.	Casa Agón. Un magnífico arco con 11 dovelas.	Casa Torrocilla. La puerta y el arco forman un conjunto típico.	Arco del Ayuntamiento. Probablemente tomado del castillo.
Casa Víctor Riverola. Bajo la pintura se adivina un arco de cantería	Lo que queda del arco de 1.732 de casa Melchorico.	Casa de Amalia. Tuvo el buen gusto de conservar el arco de ladrillo.	Arco de casa Juanario. Bastante más reciente que los anteriores.
Casa Coronas. Debajo del revoco hay un arco.	Casa Güil. Arco de ladrillo.	Casa Palacio. La que fue casa más importante del pueblo no podía carecer de arco.	Bajo el cemento se adivinan las dovelas.
	Dos espléndidos arcos que en su día fueron desmontados del castillo para construir la escuela en los años 30.		Casa Zamora

Casa Torrocilla (antigua casa Liesa) es un caserón inmenso que todavía muestra en su fachada muestras de que fue en su día “casa fuerte.” Su puerta de madera es un ejemplo de perduración y conservación; merecería la pena restaurarla. Así eran antes las puertas de las casas hasta no hace tantos años.

Pero lamentablemente poco a poco se ha ido perdiendo ese patrimonio menor que constituían las fachadas, arcos de piedra, patios empedrados, arcos en piso superior, etc. que eran elementos comunes en muchas casas de nuestro pueblo.

Las más recientes serían la remodelación de fachada de casa Melchorico que ha acabado con un arco de piedra de inicios del siglo XVIII y que hubiera merecido la pena conservar aunque estaba bastante deteriorado. Todavía se adivinan bajo el enlucido de yeso o cemento arcos de piedra en muchas casas de Peraltilla.

Seguro que otras muchas casas tenían este elemento distintivo que son los arcos de entrada, pero desgraciadamente para nuestro patrimonio han desaparecido porque no se han valorado suficientemente y no es hasta nuestros días cuando se empieza otra vez a dar importancia a estos elementos.

Las nuevas edificaciones de los últimos años, proyectadas por el arquitecto barbastrense Salvador Rambla, son de un gusto exquisito con fachada de ladrillo de caravista, alero de madera y muy similares en cuanto a fachada: Centro Social (1.989), Ayuntamiento (1.994) y Albergue (1.999).

Otras edificaciones tradicionales que inexorablemente van adquiriendo el estado de abandono y ruina total son los cubiertos y pajares que se encuentran en la periferia del casco urbano. Se trata de edificios sencillos construidos con materiales tradicionales: adoba, aparejo de piedra y teja, sin ningún valor arquitectónico pero fiel reflejo de una arquitectura rural funcional fruto de las necesidades y medios de vida de tiempos no demasiado lejanos. En algunos casos han sido sustituidos por almacenes de bloques de hormigón y tejado de uralita que desentonan notoriamente con el paisaje tradicional de tonos ocres y terrosos de los materiales tradicionales.