Carta de D. Alberto Ballarín Marcial al Alcalde de Peraltilla.

 

  Querido Pedro, es admirable tu constancia en los afectos que se manifiesta en esa invitación a las fiestas de Peraltilla celebradas puntualmente todos los años por estas fechas; me gustan mucho las fiestas, festejos celebraciones y los aniversarios de bodas y bautizos todo genero pues de saraos a los que uno va a divertirse y pasarlo bien con los amigos especialmente cuando estos son amigos de verdad como es tu caso.     

Pero las circunstancias en que vivimos que forman parte de nosotros son las que nos condicionan de modo que no podamos pasarnos la vida en reuniones de ese tipo sino que nos obligan a quedarnos en casa no sin algo de tristeza y mucho de desilusión, en mi caso personal te diré que desde hace un año he perdido casi por completo la vista y ya sabes que los ojos son media vida o tal vez mas aun.

A pesar de todo voy avanzando con paso firme y decidido hacia mis noventa años (tengo 89 y alcanzare aquella cifra si Dios quiere el día 16 de Abril próximo), veo escasamente para ir de una habitación a otra en mi casa y para comer yo solo una vez que soy informado de lo que contiene el plato pero todo esto no creas que me entristece demasiado me he organizado para afrontarlo con el entusiasmo y la alegría que siempre me acompañaron; tengo todavía muchos amigos como tu y las autoridades de ese simpatiquísimo pueblo de Peraltilla y solo el hecho de recibir una carta de invitación me hace feliz; significa que os acordáis de mi después de tantos años sin que yo halla ido a comer vuestro insuperable brazo de gitano con el que me obsequio la primera vez que fui a Peraltilla (creo que era la esposa del que era entonces Alcalde) y la verdad es que estaba buenísimo; luego recuerdo que volví otro año y aun podría volver el año próximo si me invitáis con mas antelación para contaros algo de mis memorias que tengo totalmente escritas o sencillamente para sentarme con vosotros con una taza de café y un poco de brazo de gitano para hablar del mundo rural y de la agricultura a tiempo parcial que es la que ahí practicáis, yo se que lo hacéis mas que nada por amor al pueblo de vuestros padres y abuelos y por ese amor a la tierra que todos sentimos en el fondo de nuestro corazón. Para vivir una vida completa necesitamos ese amor y aquellos labradores como vosotros que se niegan a perder este titulo maravilloso  merecéis la admiración y la gratitud de los que nos vemos obligados a vivir en la ciudad porque sois vosotros los que nos dais de comer y los que mantenéis abiertos los surcos en esos campos donde se encuentran nuestros orígenes, en los que yo pase mi infancia y juventud dedicado a la agricultura hasta que me jubilé pero sin olvidarla jamás.

Un fuerte abrazo para todos.

Alberto Ballarín Marcial Notario de Madrid jubilado e Ingeniero Agrónomo Honorario.

 
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